
En los últimos años, el uso de neuromoduladores en la articulación temporomandibular (ATM) para tratar el bruxismo se ha convertido en una tendencia popular. Muchas personas recurren a esta alternativa esperando una solución definitiva para el rechinamiento de dientes y la tensión mandibular. Sin embargo, ¿es realmente el mejor tratamiento? En este artículo, exploramos los mitos y verdades sobre esta técnica y explicamos por qué una férula de descarga personalizada, junto con fisioterapia, sigue siendo la opción más recomendada por especialistas.
El auge de los neuromoduladores para tratar el bruxismo
Los neuromoduladores, como la toxina botulínica, funcionan relajando temporalmente los músculos responsables del movimiento de la mandíbula. Al inyectarlos en el masetero y el temporal, reducen la fuerza con la que se aprietan los dientes, disminuyendo las molestias asociadas al bruxismo.
Este tratamiento ha ganado popularidad debido a su rapidez y efectividad a corto plazo. En pocos días, los pacientes experimentan una disminución del dolor en la mandíbula, la cabeza y el cuello. Además, algunos notan cambios estéticos, ya que el músculo masetero se reduce de tamaño, afinando el rostro.
Pero, ¿qué hay detrás de este alivio temporal?
Neuromoduladores: no una cura, sino un parche temporal
Si bien la aplicación de toxina botulínica puede aliviar los síntomas del bruxismo, no trata la causa del problema.
El bruxismo tiene múltiples orígenes, que van desde el estrés y la ansiedad hasta problemas de alineación dental y alteraciones en la mordida. Aplicar neuromoduladores no corrige estos factores subyacentes, sino que simplemente debilita la fuerza de los músculos para evitar el rechinamiento: No protege a los dientes ni al tejido óseo, que son dos elementos de nuestra boca que sufren los efectos del bruxismo.
Además, existen riesgos y efectos secundarios que muchas veces no se
mencionan:
- Pérdida de función muscular: Con el tiempo, el uso repetido de neuromoduladores puede debilitar en exceso los músculos masticatorios, afectando la capacidad de masticación y deglución.
- Descompensación de la mordida: Al reducir la fuerza de ciertos músculos sin tratar la causa, se pueden generar alteraciones en la oclusión y una distribución desigual de las cargas en la dentadura.
- Efecto temporal: La toxina botulínica dura entre 3 y 6 meses, lo que significa que, para mantener los resultados, el paciente debe someterse a inyecciones periódicas.
La férula de descarga: el tratamiento recomendado por especialistas
A diferencia de los neuromoduladores, la férula de descarga es un tratamiento funcional que protege los dientes y la articulación temporomandibular. Se trata de un dispositivo diseñado a medida, que se coloca durante la noche
para evitar el desgaste dental y mejorar la posición de la mandíbula.
Los beneficios de la férula de descarga incluyen:
- Protección del esmalte dental: Evita el desgaste excesivo de los dientes y la aparición de fracturas.
- Reducción del dolor: Al estabilizar la mordida y reducir la presión sobre la ATM, se alivian las molestias musculares y articulares.
- Tratamiento a largo plazo: No solo alivia los síntomas, sino que corrige el problema al distribuir correctamente las fuerzas en la mordida.
La importancia de la fisioterapia en el tratamiento del bruxismo
Además de la férula de descarga, la fisioterapia juega un papel fundamental en el manejo del bruxismo. Un tratamiento combinado con terapia manual y ejercicios específicos puede mejorar notablemente la movilidad y estabilidad de la ATM.
- Relajación muscular: Masajes y técnicas de estiramiento ayudan a reducir la tensión en los músculos masticatorios.
- Corrección postural: Muchas veces, el bruxismo está relacionado con malas posturas que generan tensión en la mandíbula y el cuello.
- Ejercicios específicos: Movilización y fortalecimiento de los músculos mandibulares para mejorar la función y prevenir recaídas.
Conclusión: ¿Cuál es la mejor opción para tratar el bruxismo?
Si bien los neuromoduladores pueden ser una opción válida para aliviar temporalmente los síntomas del bruxismo, no deben considerarse como un tratamiento definitivo. Su uso indiscriminado puede traer más consecuencias que beneficios a largo plazo.
La combinación de férula de descarga, fisioterapia y un diagnóstico adecuado realizado por un odontólogo especialista, es la mejor estrategia para tratar la causa del bruxismo y evitar daños mayores en la dentadura y la articulación temporomandibular.
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